viernes, 3 de octubre de 2008

El síndrome Joker.

Siempre me han parecido raras las amistades de mi padre, empezando por que él no es muy normal... ¡Pero la última vez me sorprendió de verdad!
Al principio el hombre, a quién denominaremos "C", me pareció un tanto afeminado, por lo que le pregunté a mi progenitor:
-Papi, ¿es tu novio?
La carcajada que pegó no le ayudó mucho a contradecirlo... Pero no; después de todo, no eran pareja.
Resulta que "C" le estaba prestando algún dinero a papá a cambio de que éste le ayudara en otros "negocios" de los que prefiero no hablar.
El caso es que el susodicho hombre parecía permanentemente nervioso a pesar de que estaba claro que tenía la situación bajo control en todo momento. Eso sí; cambiaba de personalidad cada dos frases. ¿Para qué negarlo? Sí, "C" daba mucho miedo.
Vestía de punta en blanco; con traje y el pelo todo engominado hacia atrás.
Cinco minutos después de estar hablando conmigo hizo un análisis sobre mi persona que me dejó helada; descubrió hasta mi signo del zodiaco. Era increíble.
Otra cosa que debo remarcar es que mi padre es la típica persona que siempre y bajo todo concepto tiene razón y no deja que nadie lo contradiga. Ésta era la primera vez que lo veía tan sumiso: le daba la razón a "C" en todo, a pesar de que éste contradecía todo lo que mi padre afirmaba, y lo hacía de una foma tan humillante... No sé qué se traían entre manos, pero parecía que "C" tenía a mi papaíto cogido por los huevos.
Un hombre que tiene acojonado a un mafioso, que viste de traje, habla mucho y muy rápido, mantiene una risa nerviosa al final de cada comentario... ¡Sin duda mi padre estaba haciendo negocios con el mismísimo Joker!