miércoles, 8 de junio de 2011

"Won't let you go" - Inútil desahogo.

Llega un punto en que no sabes qué hacer. No quieres seguir presionando, pero ves que se te va... Que se te escapa de las manos. Estás segura de que debes dar todo lo mejor de ti y aún así te cuesta... ¿Por qué? ¿Porque no quieres empeorar las cosas? No; tienes miedo. Estás acojonada de hablar del tema, y darte cuenta de que no hay más por hacer, de que el tiempo se acabó, y es hora de zanjar el asunto.
Después no quedará nada. Ni un rayo de luz que te ilumine el camino para seguir con tu vida.
Quieres continuar poniendo de tu parte pero algo te susurra que es inútil.
Que ya no es por el orgullo; que ya no te queda de eso. Y aún así, la sensación de culpabilidad sigue azotándote.
"Ojalá me equivoque", piensas.
...
Los días pasan. Y despiertas del letargo.
"Voy a luchar por mis cojones". Decides que NO se acaba aquí. Que ya has asumido que lo malo puede llegar, pero harás un último sprint para arrasar con todo.
Y, de repente, descubres que si algo te importa tanto en esta vida cómo para continuar con estos altibajos de no-hay-nada-por-hacer/voy-a-hacer-lo-que-haga-falta, es ESTO. Porque estás segura de que si has venido a este mundo para hacer algo, es para vivirlo con ÉL.