Cuando quieres decir tantas cosas y no eres capaz de pronunciar una sola palabra...
Cuando te sientes repleta de sensaciones y aún así no puedes describir ninguna...
Cuando cabeza, corazón y experiencia no se ponen de acuerdo...
Cuando pierdes de vista la manera de distinguir entre el querer, el poder, y el deber; entre lo malo, lo bueno y lo moralmente correcto...
Cuando desconoces totalmente quién eres, qué te pasa y cómo lo vas a solucionar...
Cuando no te queda ni una pizca de confianza en nada ni nadie.... Y menos en ti misma...
Es ahí cuando decides que va siendo hora de que alguien intente arreglarte.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario